Nacido en Bogotá el 18 de febrero de 1941, en el hogar del reconocido compositor colombiano Francisco Cristancho Camargo y su señora esposa, doña Sofía Hernández, desde temprana edad, Cristancho Hernández estuvo inmerso en la música andina colombiana. Los estudios que inició con su padre los continuó en el Conservatorio Nacional de Música de la Universidad Nacional, donde recibió la guía de destacados músicos y maestros.

Su carrera musical fue multifacética. Cristancho Hernández se destacó como violonchelista de la Orquesta Sinfónica de Colombia durante 9 años y también como pianista. Además, fue un prolífico director y fundador de diversas agrupaciones musicales, entre ellas la Orquesta Colombiana, la Banda Sinfónica de Bogotá, los grupos vocales Iza y el Octeto Sugamuxi, y el Centro de Documentación Musical del Tolima. Sus últimas responsabilidades incluyeron el cargo de director de la Banda Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, donde dejó una marca imborrable en la escena musical.

El Maestro Cristancho Hernández dejó un legado musical diverso que abarca una amplia gama de ritmos nacionales e internacionales. Sus composiciones y arreglos enriquecieron el patrimonio musical de Colombia y trascendieron fronteras.

Además de su destacada labor artística, Cristancho Hernández desempeñó un papel fundamental como pedagogo. Fundó la Academia Artística Francisco Cristancho, donde formó a más de cuatro generaciones de músicos destacados. Entre sus alumnos y colaboradores se encuentran nombres reconocidos en el ámbito musical colombiano.

A lo largo de su carrera, Cristancho Hernández grabó alrededor de 15 discos de larga duración, contribuyendo a la preservación y difusión de la música colombiana. Su música, que incluye álbumes como «Instantes musicales» y «Música de Colombia en una nueva dimensión», ha resonado en el corazón de quienes aprecian la riqueza de la música latinoamericana.

El Maestro Francisco Cristancho Hernández dejó una huella imborrable en la música de Colombia y el continente latinoamericano. Su legado perdurará como un testimonio eterno de su pasión y dedicación a la música que amaba profundamente. Su legado incluye también su destacado rol como director invitado en diversas orquestas, como la Orquesta Filarmónica de Bogotá, donde su influencia dejó una marca indeleble en el panorama musical